El incendio forestal de ese municipio del Noroeste carbonizó 30.000 hectáreas de monte. Aquella tragedia dejó algunas enseñanzas y daños en uno de los bosques de la Región de Murcia más preciados
ENRIQUE SOLER / Moratalla
32 años han pasado del incendio forestal de Moratalla, considerado como el desastre medioambiente más grave vivido en la Región y uno de los más devastadores a nivel nacional. Se perdieron cerda de 30.000 hectáreas de monte. Durante estas tres décadas se ha trabajado en la regeneración de la zona, a través de diferentes proyectos. Aunque hoy aún quedan zonas donde se puede ver el destrozó medioambiente que causó aquella catástrofe.
El alcalde de Moratalla, Juan Soria, que en 1994 era bombero forestal, recuerda como fue aquel incendio y el trabajo que se ha realizado a lo largo de estos años. Relata que fue incendio bastante rápido "pero ese invierno nevó en la zona y eso facilitó la regeneración inicial". Añade que "nació tanto pinar y se hicieron trabajos selvícolas" pero hay todavía trabajo por hacer, señala.
Las alarmas saltaron a las 10:30 de la mañana de aquel lunes 4 de julio de 1994, Se juntaron todos los factores: altas temperaturas, tres años de sequía y falta de medios. Francisco Navarro, miembro de Protección Civil en Moratalla, cuenta que "se dio un incendio que ahora llaman de sexta generación, lo pudimos controlar dos veces pero el viento en la zona y el calor con cuarenta y tantos grados" pusieron las cosas complicadas". Navarro dice que entonces el monte llevaba casi 5 años sin ser talado.
La falta de medios aéreos fue clave para su propagación. Se originó en el peñón de Serrano, y devastó las sierras de la Mula y del Cerezo, llegando al termino municipal de Jumilla. José Antonio Sánchez, hoy en día bombero, era miembro de Protección Civil Caravaca de la Cruz. Explica a Onda Regional que "el día del incendio la Región solo tenía un medio aéreo que en ese momento creo recordar que hacía un traslado sanitario".
La comarca no se ha escapado de otros incendios que también dieron al traste con una importante masa forestal en la zona, como fue el incendio de la Sierra del Molino (2010), que arrasó cerca de 900 hectáreas, otro fue el incendio de Salmerón (2012), donde el fuego desbastó más de 1.300 hectáreas, llegando a cruzar el Río Segura.