La banda británica que lidera Jim Kerr interpreta himnos inolvidables en la plaza de toros
Murcia no olvida a Simple Minds. Tres años después, otra calurosa noche de julio ha tenido acento escocés.
—¡¿Cómo?! ¿¡Tres años ya de su anterior concierto!?
—Sí, los años no pasan: corren.
Simple Minds, una de las bandas más emblemáticas del pop rock británico, ha regresado a la plaza de toros de Murcia. Liderada por el vocalista Jim Kerr (66), la formación de Glasgow ha compartido su legado con 5000 espectadores, un buen número de ellos oriundos de Reino Unido.
77 euros en la zona privilegiada y 60,50 en el resto de la pista costaba la entrada del espectáculo promovido por Ibolele Producciones dentro del ciclo Murcia On Festival.
El arranque ha sido rotundo, con Waterfront, ese himno de bajo poderoso y alma industrial que ha transportado al público a los paisajes grises pero vibrantes de la Escocia ochentera. Le han seguido Once upon a time y Glittering prize, en una combinación entre la nostalgia y el presente, con una concurrencia moviéndose al ritmo de estribillos que forman parte de la memoria colectiva.
Jim Kerr, cercano y magnético, ha guiado el viaje con la seguridad de quien conoce el camino —incluso el de bajada del escenario para cantarle a la primera fila— y sabe disfrutarlo. Mención aparte para la cantante Sarah Brown: la artista criada en Aylesbury, un pequeño pueblo al noroeste de Londres, es extraordinaria. En total, siete músicos sobre las tablas.
Con Oh Jungleland, la épica se ha hecho presente, y Let there be love ha recordado a todos la sensibilidad compositiva de Kerr y el guitarrista Charlie Burchill (65), únicos fundadores de Simple Minds que siguen en la formación. El repertorio ha equilibrado momentos de fuerza con pasajes más íntimos como I wish You were here.
Pero no podía faltar el alma más new wave del grupo, esa que ha brillado en temas como Love song (José María García lo usó como sintonía de su programa radiofónico) y Someone Somewhere (in Summertime), auténticas cápsulas del tiempo que, sin embargo, han sonado frescas —a pesar del calor— y actuales.
Uno de los momentos más emocionantes ha llegado con Belfast Child, introducida por un delicado punteo de guitarra que ha dejado paso a una interpretación sentida y potente. Kerr compuso la letra tras ver las noticias en 1989 sobre el atentado del IRA en Enniskillen (Irlanda del Norte), en el que murieron 12 personas.
Un día volveremos aquí.
Cuando el Niño de Belfast vuelva a cantar.
Cuando el Niño de Belfast vuelva a cantar.
Para la música, Simple Minds utilizó la melodía de una canción popular irlandesa.
La instrumental Theme for great cities, seguida de un intenso solo de batería de la londinense Cherisse Osei (38), ha demostrado que Simple Minds no solo son canciones; también, atmósferas que transportan. El tramo final del concierto ha sido un derroche de energía y comunión con el público: Promised You a miracle, All the things She said, See the lights y, cómo no, el icónico Don’t You (Forget About Me), que ha convertido la plaza en un coro gigante con miles de voces al grito de “laaaa, la, la, la, laaaaa…” (si Kerr no llega a poner fin a la canción, la gente seguiría a esta hora allí coreando el hook).
El bis ha traído aún más emoción, con Book of brilliant things y un cierre espectacular con Alive and kicking, donde Kerr y compañía han dejado claro que Simple Minds sigue latiendo con fuerza. Su actuación en Murcia, tres julios después de la precedente, ha reafirmado que el conjunto que conquistó el mercado en los 80 mantiene la capacidad de unir a conocidos y desconocidos bajo un mismo cielo, a dos mil kilómetros de Glasgow.