La apuesta por el turismo de interior ha favorecido la desestacionalización, impulsando un visitante más constante y con mayor gasto en gastronomía, estancias y actividades
En pleno auge del turismo, la Cátedra de Turismo de la Universidad de Murcia asegura que la Región ha sabido transformar en virtud su dificultad para competir con destinos de sol y playa como la Comunidad Valenciana o la Costa del Sol, así como con grandes ciudades como Madrid, Barcelona o Sevilla.
La clave, según el profesor Ángel Pascual, ha sido la diversificación de la oferta, con una decidida apuesta por el turismo de interior. Esta estrategia ha favorecido la desestacionalización, impulsando un visitante más constante y con mayor gasto en gastronomía, estancias y actividades.
La programación de eventos culturales, musicales, deportivos, de naturaleza y religiosos ha sido fundamental para atraer un turismo que se desmarca del modelo masificado de sol y playa.
Este crecimiento se produce en un momento en el que otros destinos sufren la llamada “turismofobia”, provocada por la saturación, los conflictos de convivencia y la reducción de viviendas de alquiler ante la proliferación de pisos turísticos no regulados. Pascual subraya que la Región debe evitar estos problemas para consolidar su modelo alternativo.
