Estrés, ansiedad y tristeza son las principales señales. Los expertos aconsejan incorporar, en la vuelta a la rutina, algunas actividades que se realizaban en vacaciones
ESMERALDA GIL
La vuelta a la rutina, el final del verano y los madrugones no para todo el mundo es algo fácil de hacer. Si se realiza de forma brusca puede llevar a un periodo de tristeza, más conocido como síndrome postvacacional.
El 30% de los trabajadores afirma experimentar síntomas relacionados con el estrés o la ansiedad después de las vacaciones, según datos de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria. Tras un periodo de desconexión, el cuerpo necesita tiempo para adaptarse, como explica Antonio Varón, psicólogo.
De alguna forma, el malestar físico y el emocional convergen en esa transición de adaptación al cambio. Todo ello está dentro de la normalidad y suele durar entre dos y cinco días. Si después de dos semanas los síntomas persisten, es señal de que algo no va bien: puede ser que en el puesto de trabajo existan otras circunstancias, o que el ambiente laboral no permita adaptarse del todo.
Entre las recomendaciones, es clave volver a la rutina paulatinamente, regulando el sueño y las comidas. También en el caso de los más pequeños de la casa, que necesitan tiempo para adaptarse al nuevo horario escolar. Otro de los consejos que aporta Antonio Varón es seguir incorporando en el día a día actividades placenteras que se realizaban durante las vacaciones.
En definitiva, la clave está en ser pacientes con nosotros mismos y permitir que nuestro cuerpo se readapte poco a poco.
