Además, durante el Estado de Alarma, se han detectado bloqueos en el régimen de visitas de los hijos de padres separados y se han dejado de pagar pensiones alimenticias
REDACCIÓN. Murcia
Uno de los efectos que ahora empiezan a apreciarse de las semanas de cofinamiento es un notable aumento en el número de consultas que los abogados de familia están recibiendo de parejas que quieren divorciarse. Consultas, que no demandas de divorcio, porque la crisis económica que ha traido la pandemia va a obligar a muchas de esas parejas a retrasar sus planes de separación.
El aumento de las consultas se empezó a producir nada más relajarse las medidas de confinamiento. La abogada murciana Maria Dolores López-Muelas, que es miembro de la Junta Directiva de la Asociación Española de Abogados de Familia, dice que este tipo de "oleadas" es habitual después de periodos de vacaciones en los que aumenta el tiempo de convivencia de las parejas. Ahora se nota incluso con más intensidad, porque el confinamiento ha forzado las condiciones de esa convivencia.
Lo que los abogados suponen es que muchas de esas consultas no acabarán -al menos a corto plazo- en procedimientos de divorcio. Y es que la crisis económica que nos deja como herencia la pandemia también hace que muchos se lo piensen más de una vez, porque no puedan permitirse el coste económico de una separación legal.
Durante el confinamiento ha habido de todo: progenitores que han bloqueado el régimen de visitas de su antigua pareja; otros que han dejado de pagar las pensiones alimenticias... Sobre esto último tambien hay muchas consultas, porque hay quien ha perdido su empleo o ha visto muy reducidos sus ingresos.
Lopez-Muelas recuerda que se ha establecido un régimen especial para resolver por vía urgente este tipo de situaciones al menos durante los tres meses siguientes al levantamiento del Estado de Alarma.
