Hasta 48 toneladas de biomasa arrastrada por las escorrentías se ha sacado ya del Mar Menor tras la Dana de este pasado fin de semana. La laguna llegó a recibir hasta 48.000 litros de agua dulce y sigue recibiendo
El Instituto Español de Oceanografía cuenta con un robusto sistema de monitorización entorno al Mar Menor que permite a sus investigadores controlar, casi en tiempo real, el estado de la laguna. Mañana está previsto que den a conocer un informe completo de la situación actual, pero ya se pueden extraer algunas conclusiones. La primera es que esta DANA no ha sido de la magnitud de la que ocurrió en 2019 y por tanto, hasta el momento, no estamos en una situación de crítica en el equilibrio químico de la laguna. Juan Manuel Ruiz, investigador del IEO "no hay ahora mismo una situación crítica para el Mar Menor, pero sí que hay algunos niveles y alguna variable que nos preocupa que nos obliga a estar muy atentos en los próximos días".
Y tendremos que estar atentos, sobretodo, al tiempo. Ahora es necesario que la enorme cantidad de agua dulce que ha entrado al Mar Menor se mezcle con el agua salada y, para ello es imprescindible una meteorología poco estable y con vientos. Esta DANA casi ha coincidido en el tiempo con la anoxia del año 2019 que llegó tras otra DANA y, aunque parece que no ha sido tan dañina como aquella, desde el IEO no descartan que en los próximos días se pueda producir algún evento no deseado. "No vemos una similitud pero sí vemos un potencial de que pase algún evento ya sea de fitoplancton u anoxia".
En cualquier caso, Ruizz aclara que el Mar menor es un ecosistema muy complejo, en el que influyen numerosas variables y que, por tanto, un mismo evento, no tiene por qué tener los mismos efectos
