El CEBAS de Murcia, pionero en el análisis de aguas residuales, lidera el camino hacia una red nacional de detección de patógenos
El Ministerio de Sanidad está decidido a implantar en todo el país una red de vigilancia que permita anticipar el riesgo de una nueva epidemia a través del análisis de las aguas residuales. El Servicio de Genómica Microbiana del CEBAS de Murcia, que fue pionero en esta técnica, ya prepara, en coordinación con otros centros investigadores del CSIC, un consorcio para optar a ese contrato. A su favor tienen, según nos cuenta su responsable, Ana Allende, una larga experiencia que, hoy por hoy, les permite adaptarse en sólo dos semanas a los protocolos de detección de cualquier nueva amenaza.
La identificación de patógenos en las aguas residuales resultó ser una herramienta muy útil durante la pandemia de la COVID-19. Tanto que, desde entonces, la Comisión Europea recomienda que este sistema de monitorización se implante en todas las poblaciones de más de 150.000 habitantes y parece bastante probable que, a la vuelta de tres o cuatro años, esa recomendación acabe convirtiéndose en una exigencia. El Ministerio de Sanidad también apuesta por esta estrategia; el pasado verano terminó el anterior proyecto y ya prepara uno nuevo, más ambicioso, de mayor duración y con un objetivo más amplio, como nos explica Ana Allende:
Esa capacidad de adaptación puede ser clave para que el equipo del CEBAS consiga el contrato. Cuando comenzó a analizar las aguas residuales en busca de variantes del coronavirus, tardaron casi un año en ser capaces de secuenciar su genoma. Actualmente, nos asegura Allende, podrían adaptarse ante una nueva amenaza en sólo dos semanas.
Lo que ya nadie pone en duda es que una vigilancia constante puede ser decisiva a la hora de preparar a los sistemas sanitarios ante la llegada de una epidemia. La presencia de un virus potencialmente peligroso puede ser identificada varias semanas antes de que los pacientes empiecen a llegar a los centros de salud.
Lo que sería muy interesante, a juicio de Allende, es que estos sistemas de detección que se van a implantar en las estaciones depuradoras de las principales ciudades del país, se extendieran a otra infraestructura clave: los aeropuertos, que es la principal vía de entrada de pacientes infectados.