“Nadie está en la calle porque quiere”: la fundación detecta perfiles cada vez más frágiles y al borde del sinhogarismo
Desde 2024 se ha disparado el número de jóvenes en situación de necesidad que reciben atención de Jesús Abandonado. La franja de 18 a 31 años preocupa en especial a la fundación, que atiende en Murcia a personas sin hogar, en fase de pobreza y exclusión social. Lo ha expuesto la subdirectora, Amparo Martínez, en La Plaza Pública Noticias de Onda Regional.
Las personas que se acercan al comedor social son muy variadas, pero un perfil común es el de las que tienen un trabajo o ingresos estables no abundantes, y que, entre mantener un alojamiento y adquirir la alimentación, eligen pagar un techo, aunque sea en una habitación compartida. Otro perfil es el de quienes ni siquiera pueden pagar un alojamiento y solicitan una plaza en el centro de acogida o la red de viviendas.
Partiendo de la premisa de que "ninguna persona está en la calle porque quiere", Amparo Martínez observa una mezcla de perfiles entre las personas sin hogar. Y como fenómeno nuevo apunta el de las que no están en calle, pero se encuentran a una línea muy frágil de estarlo.
La subdirectora de la fundación Jesús Abandonado considera necesaria más vivienda de fácil acceso. En la fundación no pueden ofrecer plazas siempre: la acogida de inmediata entrada se encuentra al 90 % o 100 % de ocupación todo el año. Amparo Martínez aboga por una política pública diversa y conjunta, que aborde la vivienda, ayudas económicas, la formación, el empleo y el cuidado de la salud.
Jesús Abandonado está en plena campaña solidaria de Navidad bajo el lema “Un corazón como una casa”. La iniciativa quiere sensibilizar y movilizar a la sociedad murciana para que colabore con la fundación: con ropa de invierno y mantas, con dinero y con voluntariado, no solo en el comedor social y el ropero y consigna del centro de acogida: también, haciendo acompañamiento social y sanitario.
