Piden una política que garantice el acceso a los derechos sociales, políticos y culturales a todos los ciudadanos, que se establezca mecanismos de protección frente a la discriminación y acceso a la educación
La violencia racista que se ha experimentado esta semana en Torre Pacheco ha demostrado, según la Cátedra de Derechos humanos de la Universidad de Murcia, que estas agresiones que muestran un odio racial no sólo amenazan a los colectivos vulnerables sino que fractura el tejido cívico y democrático de la comunidad. Para evitar esto es necesario según Carlos Gil profesor y miembro de la Cátedra de Derechos Humanos una política pública de integración real, "que significa más recursos de carácter económico, culturales y por ejemplo en materia de vivienda para menores no acompañados."
Gil considera que las palabras crean realidades y que los políticos necesitan tener un vocabulario positivo con respecto a la migración. Para este profesor en España se ha creado una realidad en la que se vincula la inmigración con la delincuencia aunque no haya ningún dato o informe estadístico que lo corrobore. "Cuando se crea esa realidad con ese sesgo, es extremadamente difícil porque no se suele atender, y si empezamos con los propios representantes políticos con ese sesgo tenemos un problema añadido".
