Los expertos señalan que habrá que reordenar la estrategia de producción y venta de energía. En el caso de la obligatoriedad de comprar armamento a Estados Unidos quedan aspectos de la negociación por cerrar
El acuerdo entre Estados Unidos y la Unión Europea para la imposición de aranceles en las ventas a aquel país va a suponer una merma de la competitividad comunitaria y un encarecimiento de algunos productos. Tendrá impacto directo, además, en dos sectores económicos en la Región: uno en pleno desarrollo, la producción de energía, y, el otro, la industria de la defensa que aquí se quiere impulsar.
La adquisiciones de energía y armamento por parte de la Unión a Estados Unidos es uno de los apartados más destacados del pacto que, por lo general, va a imponer unos gravámenes del 15 por ciento en las ventas. Bruselas se comprometía con la administración de Donald Trump a gastar 250.000 millones de dólares anuales en compras de gas natural licuado (GNL), petróleo, carbón y combustible nuclear. Víctor Fermosel, experto en Estrategia Empresarial, interpreta que el acuerdo va a obligar a revisar el mix de producción energético. Este analista señala que si Europa tiene que comprar energía estadounidense, la que se produce aquí habrá de derivarse a otros lugares.
Cabe recordar que Murcia se ha posicionado en los últimos años en la producción de energía fotovoltaica y esto aquí podría tener implicaciones. Los nuevos requerimientos de seguridad de la Unión Europea habían llevado aquí también a plantear la industria de la defensa como un sector a futuro. Esto choca ahora con la obligación de comprar armamento a Estados Unidos. Los términos de esa compra están pendientes de cerrar, como recuerda Víctor Fermosel. Según señala, esto generará cierta incertidumbre.
El nuevo escenario arancelario puede traer consigo, en el peor de los casos, una elevación de los precios de algunos productos a este lado del Atlántico. Seguro es, sin embargo, que Europa perderá competitividad ante Estados Unidos y los países que logren un libre comercio pleno con aquel país. Ante esto, la Unión Europea, según la tesis de Fermosel, tiene dos alternativas: reindustrializarse e imponer aranceles a otros países.
Este experto explica que "una de las opciones es que la UE comience a imponer aranceles diferentes a otros países y otros países lo podrán hacer con la Unión. Además, cada vez tenemos menos capacidad para producir y, salvo que Europa esté pensando en una reindustrialización como se necesita en nuestro propio país, tendremos serios problemas.