El biólogo y máster en Gestión Medioambiental, Tony Herrera, de la Fundación Nueva Cultura del Agua, critica el retraso de años en la puesta en marcha de los caudales que vienen obligados por la Directiva Marco del Agua
Fijar los caudales ecológicos del Tajo es una obligación legal para garantizar la supervivencia del río que no puede esperar a que se resuelvan las batallas jurídicas sobre el agua, según la Fundación Nueva Cultura del Agua. El investigador Tony Herrera advierte además de que estos caudales son fundamentales para resistir los desafíos del cambio climático.
De caudales ecológicos hemos hablado esta semana a propósito de las nuevas reglas de explotación del Trasvase Tajo-Segura. El biólogo y master en Gestión Medioambiental, Tony Herrera, aclara el concepto: no se trata de fijar un mínimo constante de agua, sino de un régimen más amplio que tiene en cuenta los períodos de lluvias y de sequía, la dinámica de estos ecosistemas con sus crecidas naturales, además de la propia regulación de la cuenca.
La Fundación Nueva Cultura del Agua critica el retraso de años en la puesta en marcha de los caudales que vienen obligados por la directiva Marco del Agua y avalados por varias sentencias del Tribunal Supremo. En el caso de la cuenca del Tajo, el gobierno de España ha anunciado que las nuevas reglas de explotación del trasvase, que tienen en cuenta estos caudales, no se aplicarán hasta resolver todos los recursos judiciales contra el Plan Hidrológico del río.
A la urgencia de fijar los caudales ecológicos para conservar los ríos en buen estado se suman los desafíos del cambio climático. Los fenómenos extremos como las lluvias torrenciales o las sequías más largas estresan los ecosistemas y pueden tener consecuencias irreversibles.