El experto en enfermedades infecciosas, investigador del VIH, Enrique Bernal, alerta en una entrevista en Plaza Pública Noticias de que los datos se están dando la vuelta
El SIDA ha perdido protagonismo en los últimos años. Hemos pasado de una alerta mundial por una enfermedad altamente contagiosa y sin expectativas de supervivencia a una enfermedad crónica, que no supone mortalidad y que con los retrovirales se puede llevar con una buena calidad de vida. Estos avances, muy positivos, ha provocado que la población y las administraciones hayan empezado a relajarse. Los primeros porque no llevan tanto cuidado para evitar contagios, los segundos porque han reducido las políticas de detección precoz y control.
Aumentan los diagnósticos y los que se hacen son, en su mayoría, casos tardíos. El experto en enfermedades infecciosas, investigador del VIH, Enrique Bernal, alerta en una entrevista en Plaza Pública Noticias de que los datos se están dando la vuelta. Suben los diagnósticos pero lo hacen en casos que se consideran tardíos. Es decir, personas que llevan tiempo siendo portadoras del virus. Esto aumenta los contagios, por el desconocimiento, pero también empeora la situación de los pacientes.
Uno de los factores que ha provocado esta relajación entre ciudadanos y administraciones es la eficacia de los retrovirales. Los fármacos, que empezaron a aplicarse en 1996, han logrado no solo convertir una enfermedad mortal en una enfermedad crónica. También lograron reducir los contagios de manera considerable.
2030 es el año que la Organización mundial de la salud se marcó como objetivo para dar la enfermedad por erradicada. Según el doctor Bernal, es difícil pero posible. El motivo es el alto porcentaje de personas portadoras del virus que desconocen que han sido contagiadas.
