La marcha congregaba a 2.500 personas, según la Policía Nacional, y convocadas por decenas de organizaciones, asociaciones, colectivos, sindicatos y partidos políticos
Miles de personas participaban en la tarde de ayer en la manifestación contra el racismo convocada por decenas de colectivos, asociaciones, sindicatos y partidos políticos. Una marcha pacífica, bajo el lema 'Región de Murcia Antirracista', que surge como respuesta a los altercados ocurridos en Torre Pacheco durante la semana pasada.
Con algo de retraso, cuando pasaban las ocho de la tarde, arrancaba la manifestación desde el paseo Alfonso X El Sabio de Murcia. En la cabecera, y sujetando la pancarta principal, varias decenas de migrantes.
La mayoría de ellos eran trabajadores del Campo de Cartagena que reivindican su trabajo y reclaman derechos para poder vivir con tranquilidad en la que consideran su casa.
También participan en la marcha diferentes representantes políticos, algunos de ellos llegados desde Madrid. Como la eurodiputada de Podemos Irene Montero, que reclamaba una sociedad libre de racismo.
En la misma línea se manifestaba Lara Hernández, coordinadora general de Sumar, que destacaba la respuesta del pueblo de Torre Pacheco y de la Región de Murcia ante los incidentes de la semana pasada.
Desde el Partido Socialista en la Región de Murcia, la secretaria de organización María Jesús López criticaba el pacto de presupuestos del PP con VOX.
El líder nacional de Izquierda Unida, Antonio Maíllo, también viajaba a Murcia para sumarse a esta marcha. Poco antes se pasaba por los estudios de Onda Regional, donde ponía en valor la respuesta de los vecinos de nuestra Región.
Además de asociaciones sociales, culturales o vecinales, también participaban en la marcha diferentes sindicatos. El Secretario General de Comisiones Obreras, Unai Sordo, reclamaba una mejora en las condiciones laborales de los migrantes que trabajan en sectores clave para la Región de Murcia.
Un numeroso dispositivo de la Policía Nacional acompañaba a los manifestantes durante los poco más de 600 metros de recorrido, y se hacía más visible aún a las puertas del Palacio de San Esteban, acordonado por agentes protegidos con cascos. Allí, Osama, un joven de Torre Pacheco, ponía el punto y final a la manifestación con la lectura de un manifiesto al que se adherían un centenar de organizaciones.
Un joven que gritó "Viva Franco y Viva España" y que recibió la reprimenda de los manifestantes fue el único incidente, que terminó de forma pacífica y que congregó a unas 2.500 personas según la Policía Nacional, cerca de 5.000 según los convocantes.