Se trata de una estructura criminal con presencia en 7 ciudades españolas, entre ellas Murcia
REDACCIÓN. Murcia
La Guardia Civil ha desmantelado una red de tráfico de armas en España para el crimen organizado con la colaboración de agencias policiales de Estados Unidos y Rumanía, con nueve detenidos y seis investigados tras los registros en Alicante, Guipúzcoa, Madrid, Ciudad Real, Barcelona, Granada y Murcia.
Se trataba de una estructura criminal organizada que introducía en España armas detonadoras fácilmente convertibles en armas de fuego reales, adquiridas en países del este de Europa, para posteriormente manipularlas en un taller clandestino ubicado en la provincia de Alicante. Allí las modificaban hasta hacerlas aptas para disparar munición con proyectil y hacer fuego real, tras lo que las distribuían a compradores por todo el territorio nacional.
La operación 'Treta' arrancó a mediados del año pasado, cuando se detectó que un hombre de nacionalidad rumana, residente en la provincia de Alicante, podía traficar con armas que adquiría en el extranjero y posteriormente vendía en España a través de internet y de aplicaciones de mensajería instantánea encriptada.
A partir de ahí, las pesquisas confirmaron que el sospechoso llevaba dedicándose a esta actividad ilegal desde hacía varios años y que estaba investigado por hechos similares en Rumanía, informa el instituto armado en un comunicado.
Muchos de los compradores finales de las armas pertenecen al entorno de la delincuencia común, con antecedentes por hechos delictivos violentos, por lo que con la intervención de las armas se ha evitado la comisión de otros delitos.
En concreto, en los 17 registros domiciliarios realizados en las siete provincias se han intervenido 36 armas de fuego (26 pistolas y revólveres y 10 largas), 9.928 cartuchos metálicos de varios calibres (incluida munición de guerra), un silenciador y dos cargadores, maquinaria para fabricación de armas, 20.195 euros y una plantación de marihuana (161 plantas de 42 kilos y dos kilos de cogollos).
La red también disponía de dos carteras de la Guardia Civil y la Policía Nacional con insignia y carné falsificado, 31 carnés militares en blanco, una gorra y una placa del Cuerpo Nacional de Policía, grilletes, un chaleco identificativo de policía local, llaves de pugilato, machetes de grandes dimensiones, navajas automáticas, un aerosol de defensa, dispositivos móviles e informáticos y numerosa documentación para su estudio.
Tras las detenciones, uno de los arrestados ingresó en prisión provisional, mientras para otro de los investigados se dictó una orden internacional al estar actualmente fuera de España.
El operativo se desarrolló por la sección de información de la zona de Valencia y coordinada por la Jefatura de Información (UCE3), con el apoyo de grupos de Cataluña y de las comandancias de Madrid, Alicante, Ciudad Real, Guipúzcoa, Granada, Murcia y Zaragoza, junto a la colaboración de los servicios policiales de Rumanía y de EEUU (HIS). Los detenidos pasaron a disposición del Juzgado número 1 de Alicante.
En los últimos cinco años, estas unidades de la Guardia Civil han desarrollado más de 86 operaciones contra redes de tráfico de armas con el resultado de 419 detenidos, más de 4.572 armas de fuego incautadas (muchas de ellas de guerra), 571.314 cartuchos metálicos intervenidos, 183 kilos de sustancias explosivas, más de 700.000 euros y 19 talleres clandestinos desmantelados. Se enmarca en su Plan Integral para el Control de las Armas de Fuego (PICAF).