El 60% de las personas califica dicho sueño como malo y el 80% reconoce tener interrupciones. Un dispositivo de muñeca medirá con más precisión la carencia de descanso. Eva Abad: "El sueño debe ser un taller reparador"
PACO MARTÍNEZ. Murcia
El 60% de los pacientes hospitalizados se queja de que durante su ingreso duermen mal o muy mal. Un proyecto liderado por un grupo del Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria (IMIB) está tratando de identificar los factores que interrumpen el descanso de los enfermos, sabiendo que esa circunstancia tiene repercusiones muy negativas sobre su recuperación. Un enfermo que no descansa bien pierde respuesta inmunitaria, sus heridas tardan más en cicatrizar, las estancias hospitalarias se prolongan y aumenta el riesgo de complicaciones. Ante esa evidencia, este grupo de investigación liderado por Eva Abad ha puesto en marcha un proyecto para tratar de aclarar qué cambios serían necesarios para favorecer el sueño de los hospitalizados: "Duermen mal. Por la organización que hay en los hospitales, tampoco se guarda el fotoperiodo de luz, también están los ruidos... Todo eso tiene un impacto en su salud. La inmunidad se ve afectada, las estancias medias se prolongan, aumentan las complicaciones hospitalarias. El sueño debe ser un taller reparador".
Uno de los factores que influye negativamente en la calidad del descanso de los enfermos es el ritmo de trabajo del propio hospital, los circuitos de atención y medicación. Pero si algo ha demostrado la pandemia del coronavirus es que esos circuitos se pueden cambiar: "Es difícil cambiar una dinámica, pero el coronavirus nos ha hecho ver qué es posible cambiar dicho circuito si es necesario".
Que el problema existe es algo bien sabido. Las encuestas que suelen plantearse a los pacientes revelan que el 60% de ellos se quejan de que en el hospital se duerme mal o muy mal. Y un porcentaje todavía mayor, del 80%, dice que su sueño se ve interrumpido con frecuencia. Ahora el reto es pasar de esa percepción subjetiva a unos datos objetivos que lo cuantifiquen y determinen además las causas: "Hasta ahora nos basamos en opiniones subjetivas de encuestas, pero ahora se cotejará con dispositivos de muñeca". Esos dispositivos, que se están empleando en los 14 hospitales de toda España que participan en este proyecto de investigación, no son invasivos: en realidad, explica Eva Abad, se trata de unos simples relojes de muñeca que ofrecen datos tan válidos como otros métodos mucho más aparatosos: "No afectará al sueño como pasaba con otros anteriores".