Este profesor de la UPCT y catedrático de Ingeniería Agronómica asegura que esta medida no es útil en solitario ya que los arrastres de agua se seguirán produciendo si no se frenan antes de llegar al mar.
MACU ALEMÁN. Redacción
Prohibir los fertilizantes nitrogenados inorgánicos no acaba con el problema de los vertidos de nutrientes en el Mar Menor, aunque abre la puerta a una agricultura ecológica en sus riberas. Es la opinión del ingeniero agrónomo y profesor de la UPCT, Alejandro Pérez Pastor, quien advierte de que, por sí sola, esta medida no soluciona la crisis ambiental de la laguna.
A falta de concretar a través de un decreto los términos y el alcance de esta prohibición, el profesor describe los fertilizantes nitrogenados como un producto químico necesario en la agricultura que se libera y absorbe más rápidamente que los fertilizantes orgánicos. Su restricción puede ser el primer paso hacia una agricultura ecológica en la ribera del Mar Menor.
Pérez Pastor advierte no obstante de que esta medida no es útil en solitario. Los arrastres de agua se seguirán produciendo si no se frenan antes de llegar al mar y urge también, en su opinión, descontaminar el acuífero y reducir otros vertidos; empezando por las aguas residuales de muchas poblaciones del Mar Menor