Así lo concluye un estudio del Observatorio Social de la Fundación La Caixa. En febrero de 2020 el porcentaje de personas que se sentían solas se situaba en un 47%
GEMA ÁLVAREZ. Murcia
El COVID-19 ha traido de la mano otra pandemia: la de la soledad de los mayores.
Explica Juan Manuel García-González, uno de los investigadores del informe, que durante los meses de confinamiento curiosamente aumentó el sentimiento de 'soledad interna', mientras que decreció la 'soledad social', asociada a si nos relacionamos o no con gente. Por ejemplo, las personas que viven en hogares unipersonales se han sentido menos solas, explica García, porque "se les ha ciudado más".
Mientras que antes del confinamiento el sentimiento de soledad era parejo en ambos sexos, tras la pandemia ha crecido en mayor medida entre las mujeres. Dice el investigador que la razón se puede deber, o bien que hay un mayor porcentaje entre ellas que viven solas o a "una capacidad de resiliencia que se ha visto afectada por la incertidumbre". En lo que se refiere a las diferencias en función del nivel de estudios, explica García-González, que el confinamiento afectó por igual a personas con distintos niveles educativos, cosa que no ocurría antes de la pandemia.
Asimismo, cuenta el investigador que preveen hacer una nueva encuesta, con las mismas personas, una vez se haya alcanzado el total de vacunación en ese rango de edad.