Un autobús cedido por FROET, cargado de ayuda humanitaria cedida por particulares y empresas llegó a la frontera polaca con Ucrania, y de vuelta ha traído a estas familias cuenta Iñaki Isasi, embarcado en el convoy
MARTA MORENILLA. Murcia
10 familias ucranianas comienzan una nueva etapa fuera del alcance de las bombas de Putin en la Región de Murcia. 12 mujeres y un hombre enfermo, con 13 menores de edad que tienen familia o amigos en Caravaca o Alcantarilla donde se van a alojar y donde incluso, algunos de ellos, tienen ya apalabrado un trabajo.
El autobús cedido por FROET comenzó su viaje hacia Polonia el pasado sábado cargado de ayuda humanitaria cedida por particulares y empresas. El objetivo era entregarla en la frontera y recoger a casi una treintena de personas, en Polonia, Cracovia y Varsovia. Iñaki Isasi, es un antiguo ertzaintza que lleva más de 30 años viviendo en la Región de Murcia y que ahora se ha embarcado en este convoy de ayuda humanitaria. Isasi asegura que todos tienen un hogar donde pasar desde esta primera noche.
Entre estos refugiados, según Isasi, viaja una chica joven que era polícia en Ucrania, otra catedrática de la Universidad. Gente con un futuro que ahora han visto quebrado por la guerra. Solo viaja un hombre en este convoy, un hombre que no puede luchar en la guerra porque necesita ayuda médica. Ahora su futuro es lo que llevan en la mochila, y mucha incertidumbre, primero con los que les ayudan a salir del país y luego con lo que les espera en la Región de Murcia. Isasi nos cuenta el caso de una de las jóvenes refugiadas que no confió en ellos y finalmente se ha quedado en Ucrania
Sin embargo, tras cuatro días de viaje, asegura Isasi ya podían escuchar risas, sobre todo entre los niños. En la noche del viernes llegan a la Región de Murcia.
