El arquitecto murciano, Carlos Bausá, utiliza sus imágenes térmicas obtenidas con drones para evaluar las islas de calor y planificar un espacio público o un bloque de viviendas en las áreas con temperaturas más frescas
La Estación Espacial Internacional difundía esta semana imágenes de la temperatura de la superficie terrestre de algunas zonas del planeta, entre ellas España, donde se alcanzaron los 55 grados. Mediciones que, en esta era de cambio climático, pueden ser muy provechosas para diseñar ciudades más habitables o aprovechar al máximo el agua en la agricultura. El arquitecto murciano, Carlos Bausá, explica algunas de las claves para entender la utilidad de las imágenes térmicas.
A través del satélite Sentinel 3, del proyecto europeo Copernicus, conocíamos las alarmantes cifras de la ola de calor de mediados de julio. Esas imágenes térmicas están al alcance de investigadores y profesionales y constituyen una herramienta muy valiosa, por ejemplo, para urbanistas o arquitectos. Es el caso del murciano Carlos Bausa, del estudio WDS-LAB, especialista en Arquitectura y Desarrollo Sostenible.
El arquitecto utiliza también sus propias imágenes térmicas obtenidas con drones para evaluar las islas de calor y poder planificar un espacio público o un bloque de viviendas en las áreas con temperaturas más frescas.
Un ejemplo reciente, las imágenes tomadas por su estudio este mismo verano en la ciudad de Londres. Los londinenses sufrieron atónitos la primera alerta roja de su historia por ola de calor. El estudio de arquitectura de Bausá comprobó el importante impacto de la vegetación para mitigar esas temperaturas.