Antonio Moreno, secretario de Agricultura en UPA, explicaba que a estas alturas de año es imposible sacar adelante una cosecha en Murcia, a pesar incluso del agua que ha caído en estos dos últimos meses
PACO MARTÍNEZ. Murcia
Una de las consecuencias de la invasión de Ucrania fue la paralización de las importaciones de cereal destinado a la fabricación de piensos animales. Las medidas tomadas por la Unión Europea y el Gobierno español para corregir esa situación han dado sus frutos y hoy los ganaderos tienen con qué alimentar a sus animales, aunque sea a un precio sensiblemente más alto que el que venían pagando antes de la guerra.
La última medida en autorizarse después de una compleja tramitación en Bruselas es la que permite poner en explotación las tierras que este año debían permanecer en barbecho. Miles de hectáreas de Castilla La Mancha, Castilla y León, Extremadura o Aragón podrán beneficiarse de esa decisión, y sembrar ahora unos cereales que llegarán al mercado a finales de verano y aliviarán las tensiones de precios para todos los ganaderos del país. Para las cerca de 90.000 hectáreas de barbecho que hay en la Región de Murcia es muy tarde, y las plantaciones tendrán que esperar al otoño. Antonio Moreno, secretario de Agricultura en UPA, explicaba que a estas alturas de año es imposible sacar adelante una cosecha en Murcia, a pesar incluso del agua que ha caído en estos dos últimos meses.
A la espera de que la explotación de las tierras de barbecho ayude a mejorar la situación de mercado, otras actuaciones han aportado seguridad a los ganaderos, que ven esfumarse el peligro de un desabastecimiento de piensos. La llegada de partidas que se habían comprado y embarcado antes del inicio de la guerra y la compra de cereal en mercados sudamericanos ha cubierto las necesidades inmediatas. De hecho, contaba Antonio Moreno, que el sector ha sufrido más por la huelga de los transportistas, que por la guerra en Ucrania.
El problema es de precios: cargar un barco en Brasil es inevitablemente más caro que cargarlo en el Mar Negro. Y a eso hay que sumar la especulación para la que Moreno no encuentra "ni justificación, ni decencia": agricultores y ganaderos ven cómo sus productos se encarecen en los lineales de los supermercados a pesar de que ellos no han repercutido el incremento de costes y los distribuidores siguen pagándoles lo mismo que antes de la guerra de Ucrania.