Así lo afirma portavoz socialista, Carmina Fernández, tras el asalto al pleno de Lorca, la detención del director general de Carreteras o la crisis en la consejería de Educación
ALBERTO SOLER. Murcia
Los acontecimientos políticos de la semana, con el asalto al pleno de Lorca, la detención del director general de Carreteras o la crisis en la Consejería de Educación, ponen de manifiesto que la Región tiene un Gobierno débil en manos de tránsfugas y que persigue la crispación para sacar rédito político. Así lo afirma la portavoz y vicesecretaria general del Partido Socialista de la Región, Carmina Fernández, que se ha detenido especialmente en lo sucedido en Lorca, para afirmar que se trata de sobrepasar un límite de extrema gravedad.
Fernández recuerda también otros casos, como el de la dimisión del director general de Presupuestos, o la no presentación de proyectos para obtener fondos destinados a políticas para combatir la exclusión. Por todo ello, considera que "el Gobierno regional es un ejecutivo débil que está en manos de tránsfugas".