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Macrorredada contra el fraude alimentario detecta etiquetados ilegales en Murcia

Se han requisado más de 1.700 kilos de carne en Cartagena y 2.000 litros de vino en Jumilla

04 MAY 2017 - 00:00
Contenedores con el vino requisado
Contenedores con el vino requisado. GUARDIA CIVIL

EFE. Madrid / Murcia

La última macrorredada contra el fraude alimentario ha requisado en 61 países 9.800 toneladas de alimentos y bebidas perjudiciales para la salud o con etiquetado falsificado, entre ellos, 1.722 kilos de carne en Cartagena y 2.000 litros de vino en Jumilla, así como 530 kilos de almejas en Huelva.

Según informa el Ministerio del Interior, la sexta fase de la operación Opson se ha desarrollado entre el 1 de diciembre de 2016 y el 31 de marzo de 2017, han participado Interpol y Europol y se han realizado actuaciones en 61 países, veintiuno de ellos de la UE.

Como en anteriores redadas de este tipo, los cuerpos policiales de los distintos países buscan en las inspecciones alimentos y bebidas falsificadas y de baja calidad detrás de los que están organizaciones criminales dedicados a su distribución.

El saldo de lo incautado asciende a 9.800 toneladas de comida, 26,4 millones de litros de bebida y 13 millones de unidades de alimento, en tanto que el valor estimado de todo lo requisado supera los 230 millones de euros.

Desde bebidas alcohólicas y agua mineral en Italia o Grecia, frutos secos en Alemania, conservas en Portugal y aceite de oliva en Dinamarca hasta caviar falso son algunos de los productos intervenidos en los más de 50.000 registros en tiendas, mercados, aeropuertos, puertos marítimos y polígonos industriales.

En el caso de España destaca la retirada en enero de 530 kilos de almejas en la provincia de Huelva por agentes del Seprona de la Guardia Civil, que abrió investigación a cuatro personas pertenecientes a una empresa que comercializaba con estos moluscos no aptos para consumo humano.

Y es que, según detectaron los investigadores, la limpieza de las almejas no reunía las normas de sanidad, ya que no eran tratadas para su purificación, al tiempo que la empresa empleaba etiquetas falsas de un centro de tratamiento para lograr el engaño de los consumidores.

No era el único fraude, porque también esta empresa falsificaba que las almejas tenían su origen en Portugal

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