Es una de las demandas de la Federación Española cuando se conmemora el Día Internacional de una dolencia que afecta a medio millón de personas de los que cien mil son niños
La presidenta de la Federación Española de Epilepsia, Elvira Vacas, pide que se refuerce la investigación y se dote demás recursos para estos enfermos. Son algunas de las reflexiones ante este día Nacional de la Epilepsia que según datos de la Sociedad Española de Neurología deja en nuestro país alrededor de medio millón de personas con esta enfermedad de los que 100.000 son niños. Cada año se diagnostican unos 20.000 nuevos casos.
La Sociedad Española de Neurología insta a todas las comunidades autónomas a implantar el “Código Crisis”, que actualmente solo está operativo en la Comunidad de Madrid. Las crisis epilépticas suponen entre el 1 y el 3 % del total de ingresos en urgencias, y el 20% de todas las atenciones neurológicas urgentes en los centros hospitalarios españoles.
Pero además de la elevada prevalencia, es una enfermedad que conlleva una alta mortalidad, morbilidad, deterioro en la calidad de vida y estigma social: la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera a la epilepsia como la segunda enfermedad neurológica con mayor peso en la carga de discapacidad y mortalidad mundiales.
La presidenta de la Federación Nacional dice que la incidencia de las crisis en la vida diaria de los enfermos depende de la gravedad de los síntomas. Cuando hay un control con medicación las consecuencias son menores y para los niños pide además que no se les estigmatice en los colegios. En España, las crisis epilépticas son también un motivo frecuente de ingreso en los servicios de urgencias. Representan entre el 1% y el 3% del total de ingresos anuales y, según datos de la SEN, suponen hasta el 20% de todas las atenciones neurológicas urgentes.
El ‘Código Crisis’ tiene como objetivo ofrecer una respuesta rápida y eficaz ante crisis epilépticas urgente. Cuando se detecta una crisis, el paciente es trasladado en ambulancia al hospital de referencia más cercano, donde se realiza una evaluación inmediata por parte de especialistas y se administra tratamiento agudo. En el caso del estatus epiléptico, este debe aplicarse en los primeros 30–60 minutos para minimizar secuelas .
Y en cualquier crisis epiléptica grave, cada minuto de retraso en el tratamiento supone aumentar un 5% de riesgo de secuelas neurológicas y de mortalidad.. Sin embargo, actualmente solo el 13% de los pacientes atendidos por familiares y el 20% de los atendidos por personal sanitario reciben el tratamiento de forma precoz.