La Guardia Civil está a la espera de confirmar la identidad de los cuerpos una vez se les practique la autopsia en el Instituto de Medicina Legal
La Guardia Civil recuperaba el viernes por la tarde los cadáveres de dos personas del interior de un depósito subterráneo de la nave de Librilla. Podrían corresponder a los dos ciudadanos africanos a los que se les perdió la pista en ese lugar en diciembre. Según informa la Benemérita, todavía están a la espera de la identificación de los mismos por parte del personal del Instituto de Medina Legal de Murcia.
Durante toda esta semana agentes del cuerpo habían estado buscando en esa nave, ubicada en el polígono industrial Cabecicos Blancos de Librilla, y también en los exteriores rastros de estos hombres hasta dar ayer con ellos en un foso construido recientemente y oculto bajo pallets. Una veintena de agentes formaban parte ayer del dispositivo del Instituto Armado.Al parecer, los restos llevan casi cuatro meses en el pozo, en el que se halló cal viva y sosa cáustica, por lo que resultará difícil a los médicos forenses confirmar la identidad, para lo que cotejará el ADN hallado con el de familiares de los dos desaparecidos.
Los desaparecidos, les recordamos, tienen 53 y 37 años, son originarios de Camerún y Costa de Marfil. La última vez del que se tuvo conocimiento de Jean Mirabeau Nhoho y Siaka Coulibaly, estaban en ese lugar el 14 de diciembre. Se desconoce el motivo de la visita de estos dos individuos a Librilla aunque, según la prensa regional, que las víctimas tenían antecedentes por, supuestamente, realizar estafas mediante el timo de los billetes tintados, lo que habrían hecho con los empresarios que, presuntamente, acabaron con sus vidas.
En el marco de la investigación, han sido detenidos el encargado de la empresa radicada en esa nave y un sobrino, ambos están desde esta semana en prisión provisional acusados de homicidio y ocultación de cadáver. También fue arrestada la esposa del segundo detenido, como presunta encubridora, aunque quedó en libertad con cargos. Según la declaración de un testigo a la que ha tenido acceso La Verdad, el principal investigado dormía armado en la nave de Librilla, labores de guardia en las que se turnaba con otro hombre.