Las intoxicaciones se han dado en veinte brotes diferentes, debidos sobre todo a las deficientes condiciones de los establecimientos y malas prácticas del personal
REDACCIÓN. CARTAGENA
Un total de 35 inspectores se ocupan de controlar a los establecimientos de la Comunidad Autónoma que ofrecen comidas y preparan alimentos: desde un chiringuito de temporada, hasta un hotel, un restaurante o un local de eventos. De los mil ochocientos negocios inspeccionados, 146 fueron apercibidos, en 50 se propusieron sanciones y en once se planteó suspender la actividad. De las cifras se deduce, según el director general de salud pública José Carlos Vicente, el buen estado general de bares y restaurantes de la Región.
Detrás de los 238 casos de toxinfecciones alimentarias registrados en veinte brotes diferentes están microorganismos como la salmonella o los norovirus. Vicente advierte sobre las causas: malas condiciones de los establecimientos, temperaturas inadecuadas y falta de higiene o prácticas inadecuadas del personal manipulador