Son datos del Observatorio para la Convivencia Escolar correspondientes al curso 2022-2023 que detectaron apenas un descenso de medio punto en el porcentaje de casuísticas sobre este tema
"Nuestros hijos han muerto, pero cada vez que nosotros vemos en el telediario que un niño fallece por la misma causa, es que nos estremece lo más profundo de nuestro ser". Es el mantra de los familiares de niños fallecidos por culpa del bullying. Este jueves, con motivo del Día Internacional contra la Violencia y el Acoso Escolar, se han concentrado frente al Congreso de los Diputados para denunciar el "abandono" de la Administración pública ante este problema.
También estaba el tío de Sandra, la joven de 14 años de Sevilla que hace unos días se quitó la vida después de sufrir acoso por parte de tres compañeras. También estaban representantes de la Asociación Motorista PICA que vienen denunciando desde hace años el acoso escolar.
Hace exactamente tres años, los padres de Kira entregaron en el Congreso más de 230.000 firmas solicitando una Ley Integral contra el Acoso Escolar pero, denuncian, no se han tomado medidas concretas. Y se preguntan "¿Cuántos niños más tienen que morir?
Los datos que maneja sobre bullying la Consejería de Educación, a través del Observatorio para la Convivencia Escolar corresponden al curso 2022-2023 cuando, señalan, se detectó un descenso de medio punto en el porcentaje de expedientes con evidencias sobre este problema. En concreto, se abrieron 645 protocolos sobre posibles casos, en 64 de los cuales se concluyó que existían evidencias de acoso escolar, lo que supone un 9,9% del total. El 90%, concluyeron sin esas certidumbres.
¿Cómo reaccionan los jóvenes ante una situación de acoso escolar? Pues, siete de cada diez actúa cuando presencia un caso de agresión pero sólo el 25% lo hace si el afectado es un amigo. Sin embargo, una de cada tres víctimas de acoso escolar y más de la mitad de ciberacoso todavía guardan silencio por miedo, al que se suma el de un 15% de sus compañeros. Es lo que refleja el Primer Estudio sobre este problema realizado por la Universidad Complutense de Madrid.
Diego Hellín, Inspector Jefe de Educación en la Región, habla de la importancia de que esta lacra no sea un tabú y se eduque a la sociedad en empatía. La clave, dice, es la tolerancia cero: no callarse ante una agresión.
En la Región, el protocolo antiacoso pone en el centro a la víctima y ante un posible caso se crea un equipo de intervención en el centro de educativo, los inspectores hacen un seguimiento y se mantienen reuniones con los implicados. En la actualidad, los casos con evidencia no pasan del 10%, y ante situaciones graves la solución pasa por el cambio de centro del acosador. Toni García Arias, docente y autor del libro "Aulas sin bullying, aulas sin miedo" apunta otro problema: los padres deben ser conscientes de que si su hijo es un acosador, no pueden justificarlo ni ampararlo.
La Policía Nacional ha lanzado una campaña con el lema 'No te lo guardes', para sensibilizar sobre la importancia de denunciar el acoso escolar. Está dirigida a las víctimas del bullying y también a quienes puedan haber presenciado este tipo de hechos.
Policías nacionales se dirigen a jóvenes sentados en aulas, con un mensaje sobre el efecto negativo de callar en vez de denunciar. Lo podemos ver y escuchar en los perfiles de la policía nacional en las redes sociales.
Las señales para fijarnos en el sufrimiento de acoso, según la psicología, son el estado de ánimo decaído, el desinterés por actividades que antes desarrollaba, trastornos psicosomáticos como dolor de cabeza o estómago que hacen que no quiera ir al centro educativo y síntomas de ansiedad, como la falta de sueño o la pérdida de apetito.
La Policía Nacional lleva a cabo actividades formativas en colaboración con alumnado, equipos docentes, madres y padres, tanto sobre acoso escolar como sobre ciberacoso.