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Un año de la dana en Valencia. ¿Qué hemos aprendido?

Se cumple un año de la brutal riada que sufrió parte de la provincia de Valencia y que dejó 229 personas fallecidas. La anticipación y la prevención ante estos fenómenos meteorológicos y la comunicación son vitales

ONDA REGIONAL
29 OCT 2025 - 11:09
Un año de la dana en Valencia. ¿Qué hemos aprendido?
Calle llena de barro y vehículos amontonados en una localidad valenciana. A PUNT

Las riadas de octubre de 2024 en la provincia de Valencia dejan un legado tan palpable como emocional en varias generaciones y, al igual que otras tragedias anteriores, también enseñanzas de las que conviene tomar nota.

Atención a los avisos y alertas

Los colores de los avisos, las precipitaciones repentinas o acumuladas, la persistencia de las tormentas o la temperatura del mar son conceptos con los que la sociedad se está familiarizando a fuerza de desgracias, si bien quedan aspectos por revisar, tanto en la parte técnica, de la predicción, como en la comunicación con mayor claridad de esas amenazas.

También han cobrado especial relevancia las webs de organismos oficiales, como la de Aemet, o la de organizaciones particulares, como la Asociación Valenciana de Meteorología, que ofrecen multitud de datos en tiempo real. El contenido de estas páginas especializadas, o de las aplicaciones de radar meteorológico, se convierte en hábito, aunque sigue siendo necesaria la interpretación por parte de profesionales.

Anticipación y prevención

La anticipación frente a fenómenos meteorológicos adversos: La capacidad de análisis y reacción de las administraciones, especialmente las locales, frente a previsiones de fenómenos meteorológicos adversos ha evolucionado. Existe una mayor anticipación, se ha mejorado en la identificación de riesgos concretos y en la comunicación a la población.

Sin embargo, también existe mayor conciencia social sobre el hecho de que las realidad no tiene por qué alinearse exactamente con la predicción, que existen unas horquillas dentro de cada alerta y que las nubes pueden cambiar rápido y descargar con arbitrariedad.

Hace falta más coordinación en la respuesta

Cuando las catástrofes superan determinados umbrales se hace necesaria una coordinación institucional en la que, a la vista de los hechos, no existe experiencia ni protocolos claros.

Los bulos acechan

Tras la dana de octubre de 2024, pero también durante el reciente paso de Alice, corrieron por las redes sociales, fotografías, vídeos e informaciones falsas sobre la gravedad de las inundaciones.

Aunque la verdad suele imponerse con claridad, queda manifiesta la necesidad de reforzar los canales de comunicación oficiales y de exigir una respuesta política eficaz, con datos, constante y contrastada, reactiva, empática y conectada con la población, como el mejore remedio contra los populismos y la narrativa extremista.

Hace falta un urbanismo más responsable

Tras la dana de Valencia se han puesto bajo la lupa decenas de proyectos urbanísticos en toda España que se asentaban, parcial o totalmente, en zonas inundables, al tiempo que se ha paralizado, en varios municipios dañados por las riadas, la conversión de bajos en viviendas.

La magnitud de la tragedia exige repensar los espacios y la forma en la que se construye, e incluso se plantea ya la posibilidad de hacer crecer ciudades como València en altura, ante la dificultad de la expansión en la periferia.

El llamado 'modelo IKEA', en alusión a la tienda de esta multinacional en Alfafar (Valencia), y su rápida recuperación tras las riadas, es evidencia de que otro tipo de construcción, en la que se renuncia a los aparcamientos subterráneos y se apuesta por la elevación de la superficie comercial, puede resultar un gran acierto y un ejemplo a seguir.

Otro ejemplos de este nuevo urbanismo es la retirada de la medianera de hormigón en el principal acceso sur de la ciudad de València, la conocida como Pista de Silla, que se convirtió en un dique el pasado 29 de octubre.

Las grandes obras de protección funcionaron

Tras la riada que asoló la ciudad de València en 1957 se desvió el cauce del Túria al conocido como Plan Sur, una infraestructura que ha sido clave para que la capital apenas se viese afectada por las riadas (salvo las pedanías del sur, al otro lado del cauce), pero que también ha ejercido de barrera para el desagüe natural de otros cauces..

En la actualidad ya se encuentra en trámite el proyecto para la conexión de otros barrancos, como el de La Saleta -cuyo desbordamiento arrasó Aldaia- a la actual desembocadura del Túria.

Se puede faltar al trabajo si hay alerta roja

Un mes después de la dana que asoló valencia se publicó en el BOE el Real Decreto-ley 8/2024, de medidas urgentes para la reconstrucción. Entre sus principales medidas se incluyó un nuevo permiso laboral retribuido de hasta cuatro días por riesgo climático y la modificación del Estatuto de los Trabajadores, además de otras ayudas y medidas fiscales para los afectados.

La población necesita saber cómo actuar

Han sido muchas las voces que han pedido un mayor esfuerzo en la formación de la población ante catástrofes, la "autoprotección" de la que ha hablado en numerosas ocasiones el conseller para la Recuperación y exdirector del Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas.

La resiliencia y la capacidad de ayuda por encima de todo

A la ola de destrucción del pasado 29 de octubre siguió un tsunami de solidaridad y organización espontanea sin precedentes. Desde voluntarios armados con palas y escobas hasta profesionales que suspendieron sus periodos de descanso o su vida profesional en cualquier punto de España para trabajar gratis por los damnificados.

Antes de pensar siquiera en reconstruir, antes incluso de ver sus casas libres de barro, la gente que sufrió las barrancadas aprendió a adaptarse a su nueva realidad, se organizó para sobrevivir durante días sin agua ni electricidad y creo redes de ayuda que todavía perduran

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