La intervención fue derivada del Rosell al hospital de Molina. Una sentencia de un juzgado de Madrid condena a los anestesistas del centro concertado a pagar una indemnización a la familia de 1,6 millones de euros
REDACCIÓN. Cartagena
Ocho años ha tardado la Justicia en resolver el caso de una cartagenera de 52 años que se encuentra en estado vegetativo desde 2010 por los daños sufridos en una operación de tiroides derivada del hospital del Rosell al de Molina de Segura. La sentencia de un juzgado de Madrid condena a los dos anestesistas del centro concertado a pagar una indemnización a la familia de 1,6 millones de euros por negligencia.
El juez les condena porque la mujer tenía antecedentes de dificultad en la intubación y así se reflejó en el consentimiento informado. La sentencia, que publica el diario El País, acredita que los facultativos no aplicaron medidas de precaución elementales y tardaron 25 minutos en intubarla, con el consiguiente daño cerebral por falta de oxígeno. El abogado Rafael Martín Bueno ha llevado el caso de Margarita Espallardo a través de la Asociación de Víctimas de Negligencias Médicas, AVINESA.
La resolución no es firme y está pendiente de un recurso de AMA, la compañía aseguradora de los dos anestesistas, ante la Audiencia Provincial de Madrid. Al sufrimiento de la familia de esta mujer de 52 años, casada y madre de dos hijos, se ha sumado otro calvario, el judicial, según explica el abogado. Años de trámites en los juzgados de Molina para conseguir los informes médicos, maniobras legales para retrasar el proceso y una queja formal ante el Consejo General del Poder Judicial por la falta de diligencia del juzgado de Madrid que finalmente se hizo cargo del caso.
