Misterios tengas y los resuelvas 
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    En el capítulo de hoy no hemos sido capaces de arrojar demasiada luz sobre la situación del Teatro Guerra de Lorca, que lleva más de un año cerrado. Una plataforma ciudadana ha comenzado la recogida de firmas para exigir al Ayuntamiento que aclare en qué estado se encuentra el edificio y qué planes tiene para tomas las medidas que hagan posible su reapertura. Pero el equipo de gobierno ha declinado la invitación de La Hora de la Cigarra para participar en el programa, así que todo lo que nos quedan son dudas. Las que expresa la concejal socialista Nines Mazuecos, porque a su grupo no se le ha dado acceso a los informes técnicos que supuestamente cuestionan la integridad estructural del teatro, ni se le ha permitido a ningún edil visitar el interior del Teatro para tener conocimiento de su estado actual.
 Más clara parece estar la cosa en Ceutí, donde la supuesta desaparición de una escultura de Antonio Ballester (una maqueta de un coche ultradeportivo a escala 1:1) parece haberse quedado en un simple malentendido. La alcaldesa, Sonia Almela, nos asegura que la pieza está en el mismo lugar en el que ha estado guardada los últimos veinte años: los almacenes municipales. Si los organizadores de la exposición "Querido Antonio" no han podido contar con ella para incorporarla a la muestra fue, afirma Almela, porque no hablaron con quién debían. No sabe quién fue el supuesto interlocutor municipal pero, desde luego, no fue el "concejal de Cultura" del Ayuntamiento de Ceutí, porque esas competencias las ejerce ella personalmente.
 El programa se ha completado con las historias que nos ha contado Pedro Alberto Cruz sobre algunos artistas contemporáneos que murieron mientras realizaban una performance. Algunos estaban condenados (a quién se le ocurre enterrarse en hielo) y otros, que jugaron a pronosticar la fecha de su propia muerte, acertaron haciendo trampas en el solitario.
 Terminamos repasando, con Juan González Cutillas, el programa del concierto que esta noche ofrece la Orquesta Sinfónica de la Región, dirigida en esta ocasión por el chino Lio Kiuokman y con un solista de renombre: el violonchelista, ganador de un Grammy, Zuill Bailey