Prelados, pedigüeños, monjas y pintores
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La compañía Arte Escena anda metida de lleno en los ensayos de "El Prelado" que estrenarán en el Teatro Circo de Murcia la víspera de esta próxima Nochebuena. La historia cuenta el encuentro entre un pedigüeño de pasado desconocido y un prelado de avanzada edad, que vive sus últimos años cómodamente instalado y asistido por una monja. Un viejo sacerdote al que da vida Juan Meseguer que, esta tarde, en La Hora de la Cigarra, nos contaba que ha aprendido a enfrentarse a este tipo de personajes sin juzgarlos, dejándoles exponer su verdad y que sea la propia dinámica de los acontecimientos la que les haga reflexionar y, a veces, cambiar de opinión. Este cuento de Navidad (pues eso es, en realidad), es la primera obra que firma César Oliva, hombre de larguísima y muy destacada trayectoria teatral que, sin embargo, nos ha reconocido que ha tenido que andarse con ojo para evitar caer en algunas de las tentaciones que son habituales en los autores noveles. El resultado final, a su juicio, es un drama moderno, sencillo, que huye de un discurso pretencioso pero que deja en el aire algunos motivos de reflexión para el espectador.

Esta tarde nos ha visitado un viejo conocido, el pintor Nono García, que dentro de una semana abrirá al público su estudio de Mula, para ofrecer a quienes lo deseen la oportunidad de conocer sus últimos trabajos, satisfacer curiosidades y, si así lo desean, comprar alguna de sus obras. Habrá, nos aseguraba, alternativas para casi todos los bolsillos, desde los 200 euros que puede costar un apunte de pequeño tamaño, hasta cantidades mucho mayores, de varios miles de euros, por los cuadros de gran formato. Lo de Nono García es fundamentalmente la acuarela: bodegones salpicados de teteras, relojes, vasos y algunos de esos objetos que forman parte de el día a día de casi cualquier hogar. Siempre, nos decía, buscando un equilibrio entre el detalle y el objeto simplemente insinuado.
En el final del capítulo de hoy hemos viajado a los arenosos desiertos australianos de la mano de José Antonio Molina y de una saga clásica, la de "Mad Max" que, a juicio de nuestro colaborador, ha encontrado en las películas más recientes y especialmente en "Furiosa" una muy digna continuación. Los cambios, nos dice, no rompen con el relato clásico que subyace bajo esta distopía post apocalíptica.