El ocio en la Murcia medieval
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En la radiografía que le hace a la sociedad medieval murciana el historiador Denis Menjot, en su trabajo titulado ‘Ser murciano en la Castilla bajomedieval’, afirma que durante las horas de ocio que les quedaban a los murcianos, no practicaban deportes colectivos ni tampoco juegos al aire libre, y que no conocieron los juegos de pelota, ni el frontón, la rayuela o los bolos. Eso sí, algunos practicaban con las ballestas, lo cual era tanto un entrenamiento como una distracción que enlazaba con la caza, actividad esencial para muchos murcianos.
Según Mejot, la caza era practicada por todos los ciudadanos, desde que, en 1267, Alfonso X concediera a los colonos de Murcia, la libertad de cazar en todo el reino. Según Menjot, había
una gran variedad de especies gracias a la diversidad del medio natural, y, por supuesto, había caza para todos los gustos y todas las necesidades, ya que los murcianos no cazaban sólo por placer, sino también para procurarse alimento y vestimenta, e incluso excedente de carne, pieles o cueros con los que comerciaban.