Emboscada a la población murciana
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Tras la toma de la ciudad por parte de Jaime I, se produjo, según nos relata el arqueólogo Pedro Jiménez Castillo, la emboscada que tendieron los almogáraves enviados por el rey aragonés a las miles de personas que abandonaron Murcia. En dicha emboscada, que según algunas fuentes, tuvo lugar en Huércal Overa, asesinaron a los hombres y vendieron a las mujeres y niños como cautivos.
Además, esa cruel acción se preparó aun a sabiendas de la concesión que había hecho el rey de dejar al menos una jornada de viaje seguro a quienes decidieran dejar sus casas y marcharse de Murcia. Los almogáraves eran tropas ligeras de infantería, de choque, espionaje y guerrilla, que tuvieron un papel destacado en la conquista que llevó a cabo la Corona de Aragón en la costa mediterránea.
En Murcia, esta marcha de musulmanes supuso una drástica pérdida de población, cuyo arrabal en poco tiempo quedó casi vacío, diferenciando dos sectores: la Arrixaca nueva, donde se comienza a citar la parroquia de San Andrés a finales del siglo XIII y poco después también la de San Antolín, y la Arrixaca vieja, donde se ubica la parroquia de San Miguel.