Francisco Salzillo y Alcaraz
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Resulta imposible entender el siglo XVIII, el barroco y la escultura producida en Murcia con posterioridad sin citar a Francisco Salzillo y Alcaraz, autor de obras que unen su intenso simbolismo, significación y arraigo en la cultura popular murciana, con la elevada calidad artística desde muchos puntos de vista: el dominio en la composición, la policromía, el cuidado del detalle y su excepcional habilidad para captar y representar, lo que se dio en llamar los movimientos del alma.
Nacido en 1707 y fallecido en 1783 en Murcia, Francisco era hijo de la murciana Isabel Alcaraz y del escultor italiano Nicolás Salzillo. Francisco, se vio obligado a ponerse al frente del taller de escultura familiar tras la muerte de su padre y produjo gran cantidad de tallas para parroquias y cofradías, entre las que destacan los pasos procesionales de Nuestro Padre Jesús Nazareno y el belén que creó por encargo de la familia Riquelme. Salzillo se casó con Juana Vallejo, con la que tuvo dos hijas y un hijo, aunque sólo una de sus hijas le sobrevivió.
