Imafronte de la Catedral
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En el siglo XVIII se planteó la demolición de la antigua fachada de la catedral, que amenazaba ruina, y se puso en marcha un ambicioso proyecto que serviría para mostrar al mundo la importancia de la Diócesis de Cartagena. Sebastián Feringán, ingeniero militar, fue el encargado de cimentar la nueva obra de manera más sólida que la anterior, mientras que el arquitecto elegido para diseñar el Imafronte fue Jaime Bort, artista perfeccionista y excepcional.
Dos cuerpos de altura y tres calles verticales sirven de pantalla y funcionan como un gran retablo en piedra donde se exponen los símbolos y personajes más destacados de la historia de la diócesis, entre los que sobresale la Cruz de Caravaca. La profusión decorativa con guirnaldas y volutas, líneas curvas y convexas, frontones partidos y mezcla de colores y materiales, desde la piedra negra de la base a la piedra gris y los mármoles rojos y azules, conforman un ejemplo imprescindible del barroco español. Se construyó entre 1737 y 1751.