La Riada de San Calixto
T01C091
Murcia sufrió varias calamidades durante el siglo XVII, destacando entre ellas dos: la epidemia de peste de 1647, y la Riada de San Calixto del 14 de octubre de 1651. Aquel día, ciudad y huerta sufrieron una enorme crecida del río y se contaron por cientos los fallecidos y los destrozos. Pero en mitad de la desgracia, sobresalió la figura de Sor María Ángela Astorch, superiora del convento de las capuchinas que ella misma había fundado en Murcia en 1645: Astorch puso en marcha toda una tarea de salvamento y de organización logística digna de cualquier cuerpo de protección civil, una enorme acción y gran determinación que ella misma justificó con la visión de un niño que la invitó a irse al monte con sus
monjas a la voz de “vene, vene, vene”, según describió en su autobiografía.
Además, posteriormente Astorch redactó un informe que envió al rey Felipe IV relatando la riada, informe que se conserva en el Archivo de Simancas. Por otro lado, en el Archivo Municipal de Murcia se conservan seis obras editadas en el siglo XVIII sobre su vida y milagros. En uno de los libros, que data de 1748, se hace informe sobre su cadáver y en la primera página encontramos un grabado de Sor Maria Angela realizado por Domingo Jiménez. Aquella acción heroica de la Riada de San Calixto es la más importante que sus biógrafos reseñaron cuando se inició el proceso de su beatificación.