La torre de la Catedral
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En 1521 se colocó la primera piedra de la torre de la Catedral de Murcia tras dos años de duros trabajos de cimentación, siendo obispo de la Diócesis de Cartagena Mateo Lang, que nunca pisó Murcia pero cuya fuerte personalidad resultó decisiva para sacar adelante el proyecto. El arquitecto que inició la obra ya había trabajado para el obispo en Roma: Francesco Dell’Indaco, conocido aquí como Francisco Florentino.

Con él se cimentó y comenzó a levantarse el primer cuerpo del campanario y se confirió al diseño inicial de la torre su lenguaje renacentista, su aspecto de fachada palaciega por cada uno de sus frentes y la superposición de órdenes clásicos, así como la idea de volumen telescópico. A Francisco lo sustituyó su hermano Jacobo, que terminó el primer cuerpo, y a éste lo relevó Jerónimo Quijano, quien diseñó el segundo cuerpo con un lenguaje clasicista de diferentes proporciones. El material empleado fue la caliza de las canteras del Mayayo, y también piedra de lugares cercanos a Orihuela y Ulea.