Los cambios en la ciudad durante el siglo XIII
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En febrero de 1266, Jaime I, según relata la crónica del rey de la Corona aragonesa, ordenó que la ciudad de Murcia en su totalidad se dividiera en dos, otorgando la parte oriental a los cristianos y la occidental a los musulmanes, motivo por el cual se construyó un muro que la dividió por su eje norte-sur.
La medida parece que quedó pronto sin efecto, pues ese mismo año, Alfonso X dispuso que los musulmanes se instalaran en el arrabal y los cristianos en la medina, y, por consiguiente, que el muro de partición fuera derribado.
La demolición del muro, para cuya construcción hubo que derribar casas, dio lugar a una calle en el interior del recinto amurallado que resultó relativamente ancha y rectilínea: es la que hoy conocemos como Trapería. Así nos lo cuenta el investigador y arqueólogo Pedro Jiménez Castillo en el número 14 de la revista Papeles de Cultura editada por el Museo de la Ciudad.