Repartimiento y repoblación
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El Repartimiento de la Huerta de Murcia, documentado en el libro del mismo nombre, fue un proceso largo y gradual que tuvo lugar a partir de la firma del Tratado de Alcaraz, que se extendió durante todo el siglo XIII y en el que se fueron asignando tierras y posesiones a los nuevos pobladores, que en el caso de Murcia y de su huerta fueron mayoritariamente procedentes de la Corona de Aragón. Así lo explicaba el historiador Juan Torres Fontes, para quien el repartimiento respondía a un plan preconcebido y con pleno conocimiento de los problemas que había por resolver. 

Según Torres Fontes, una de las características más interesantes del proceso fue la acción innovadora que los castellanos pusieron forzosamente en marcha. Al mismo tiempo, la falta de experiencia ante los valiosísimos minifundios con que contaba Castilla para asentar a los nuevos pobladores, se suplió adoptando fórmulas musulmanas y aplicándolas a un sistema de repoblación castellano. El historiador señala también el valor de la población musulmana, cuya presencia, trabajo y conocimientos eran necesarios.