Ibán Guardiola compró un templo y un cementerio abandonado en El Pinar, en plena Alpujarra granadina, y se hizo monje
El ayuntamiento de El Pinar, en la Alpujarra de Granada, ha abierto expediente sancionador a Ibán Guardiola, un ciezano afincado en aquel municipio que, presuntamente, habría iniciado la reconstrucción de una antigua iglesia sin gozar de permisos.
Este ciezano compró el templo y un cementerio abandonado en esta localidad tras abandonar Cieza hace algo más de dos años, donde desde muy joven se especializó en montar asociaciones para organizar eventos y recaudar fondos con supuestos fines benéficos. Cuando se fue a Granada y después de hacerse monje fossor (frailes que cuidan a los muertos y viven en los cementerios), montó una asociación en torno al poblado abandonado de Tablate, en plena Alpujarra, con la intención de recuperarlo para actividades culturales.
Sin embargo, los vecinos de los que se rodeó, enseguida se percataron de que sus intenciones eran solo la rehabilitación de su propiedad, la iglesia, y nada de lo que les prometió, según ha explicado Antonio Jiménez, secretario de la Asociación Amigos de Tablate.
Jiménez señala que en cuanto acabó lo que pretendía hacer, desapareció. Advierte también de que el Ayuntamiento de El Pinar le ha abierto un expediente sancionador y que la Junta de Andalucía le podría abrir otro por intervenir en un edificio histórico sin permiso.
El promotor también organizaba misas y procesiones en torno a la iglesia y hasta buscó a otro joven que se vestía de obispo sin serlo. El arzobispado de Granada ya ha aclarado el supuesto obispo que ha celebrado estos cultos no pertenece a la Iglesia Católica, ni representa a la Archidiócesis de Granada.