Algunos estudios aseguran que el nivel de satisfacción de los viajeros que han elegido pasar el verano en España ha caído de manera apreciable
Uno de los sectores económicos que ya han empezado a verse afectados por este aumento generalizado de las temperaturas es el turístico. Algunos estudios aseguran que el nivel de satisfacción de los viajeros que han elegido pasar el verano en España ha caído de manera apreciable (se calcula un descenso en este índice de 8 puntos respecto al verano pasado) como consecuencia precisamente del calor extremo y la frecuencia de días en los que los termómetros se sitúan por encima de los 40º.
El vicedecano de la Escuela de Turismo de la Universidad de Murcia, Carlos Pineda, cree que en la región va a ser necesario "repensar" una parte importante de nuestra oferta turística -principalmente, la de de sol y playa- para adaptarnos a esta nueva situación.
Aunque en la región no hay datos oficiales, la sensación de los profesionales es que aquí también se está produciendo una cierta huida de turistas hacia otras latitudes con temperaturas más suaves. Dice Carlos Pineda que habrá que analizar con cuidado las cifras de este verano, que es el primero en el que la actividad turística ha recuperado plenamente la normalidad tras la pandemia:
El calor extremo es un problema muy serio para un sector que, en la región, vive en gran medida de la oferta de sol y playa. Hay alternativas, dice Pineda, pero habrá que repensar nuestro modelo de oferta de turismo, tratando de darle más peso al turismo urbano y a la oferta cultural y complementaria incluso en las zonas de costa:
El reto no es sencillo, porque hoy por hoy nuestras ciudades tampoco resultan especialmente amigables cuando los termómetros se disparan. Es un cambio profundo y global, que exigirá profesionales bien preparados y que nos va a obligar a modificar nuestros mapas urbanos para crear más espacios verdes y sistemas de movilidad y transporte más sostenibles: