Estos episodios vinculados al cambio climático están empobreciendo desde hace años el paisaje submarino y alterando su hidrodinámica. Especies acostumbradas a las altas temperaturas desplazan a la flora y fauna local
Las olas de calor como la que afecta actualmente al Mediterráneo están empobreciendo desde hace años el paisaje submarino y alterando su hidrodinámica. Especies acostumbradas a las altas temperaturas desplazan a la flora y fauna local, aumentan las migraciones e incrementan la mortalidad de muchos organismos.
El Mediterráneo tiene fiebre; concretamente 1,4 grados más que en los últimos 30 años, y este calor ya tiene su reflejo en las poblaciones de muchas especies que cada vez son más difíciles de ver. Gorgonias, bivalvos, esponjas. La lista es larga. Lo explica la profesora e investigadora de la Universidad de Alicante, Paqui Giménez Casalduero.
La experta alerta sobre lo frecuentes y bruscas que están siendo ya estas olas de calor, lo que dificulta la recuperación del ecosistema.
Las altas temperaturas en el mar favorecen también la llegada de patógenos capaces de causar muertes masivas, y las especies invasoras se comportan desplazando a la flora y fauna local. Y otra cuestión importante. Las olas de calor alteran la hidrodinámica del medio marino, la interacción de las corrientes de agua cálida y fría que tienen un papel fundamental en el clima.
