Segunda jornada del juicio por el crimen de Younes Bilal en Mazarrón en junio de 2021
La viuda de Younes Bilal, el hombre asesinado a tiros en un bar del paseo marítimo del Puerto de Mazarrón en junio de 2021, ha declarado este martes que su esposo estaba integrado en la sociedad española, carecía de armas de fuego y no sufría amenazas por parte del acusado.
La mujer, visiblemente afectada, ha explicado que tenía un hijo de 8 años con la víctima, con quien estaba casada desde hacía 11 años, y los tres, junto a otros dos hijos menores de ella fruto de una relación anterior, formaban parte de un mismo núcleo familiar y vivían bajo el mismo techo.
Ha comentado que su marido, que murió con 38 años, pasaba de lunes a viernes en Madrid, donde ejercía como pintor, con lo que solo podía estar con su familia los fines de semana. El sueldo de él, entre 1.600 y 1.700 euros al mes, era todo el sustento económico de la familia.
"Cuando vine de enterrarlo, como estaba muy mal psicológicamente, estuve 7 u 8 meses sin trabajar y en el Ayuntamiento me ofrecieron un puesto de limpiadora de colegios y me metí; a los 4 o 5 meses me dio una crisis ansiedad y el psicólogo y los psiquiatras vieron aconsejable que me fuera de baja psiquiátrica y hasta el día de hoy", ha explicado la mujer.
Tras la muerte de su marido, que llegó a España con 17 años procedente de Marruecos, se quedó "sin nada", con lo que se vio obligada a sobrevivir con "la ayuda de mi madre, mi padre y de mis hermanos".
A preguntas de la Fiscalía, ha comentado que desde el momento de los hechos precisa de asistencia y medicación psicológica y psiquiátrica, como les ocurre a sus tres hijos.
El pequeño "está muy mal" y "le han puesto un psicólogo en el instituto y van todos los días porque piensa que yo, al venir aquí, lo voy a pasar mal", ha comentado tras ser preguntada por el Ministerio Fiscal.
Y es que, según ha descrito, el niño y ella llegaron al lugar de los hechos antes de que lo hiciera la ambulancia, con lo que ambos vieron al hombre malherido, tras recibir tres disparos, mientras era asistido por dos agentes de la Guardia Civil que cuando ocurrió el suceso se encontraban en el interior del bar.
El niño "se tiró a los pies de su padre y le dijo: 'Despiértate, despiértate", ha explicado la mujer. El mayor de los tres hijos también se encuentra con tratamiento psicológico "porque no entiende por qué se ha ido tan pronto y no le ha podido dar ni una explicación, ni un beso, ni decirle adiós a su padre".