El politólogo Francisco Javier López Carvajal, señala en relación a la fecha del segundo debate, las encuestas marcarán los ritmos. Según se muevan las expectativas de voto de PP y VOX, el proceso se acelerará o frenará
El debate de investidura que comienza mañana se va a producir en un contexto inédito, con la atención política de los ciudadanos puesta en la campaña de las elecciones generales y cualquier negociación condicionada por ese calendario. Eso nos dice el politólogo Francisco Javier López Carvajal, que apuesta por una primera investidura fallida y un segundo debate, una vez pasado el 23J, en el que se escenificará el acuerdo entre PP y VOX para hacer presidente a Fernando López Miras.
El análisis de López Carvajal toma como factor determinante la cercanía de las elecciones generales. Eso, nos dice, ya ha llevado al PP a ralentizar todo el proceso para hacer coincidir el debate de investidura con la campaña electoral, en la que López Miras irrumpirá aprovechando el altavoz institucional que le otorga la tribuna de la Asamblea Regional. Pero ese mismo calendario condiciona -a su juicio- la posibilidad de cerrar un acuerdo con VOX. Así que su pronóstico es que habrá que ir a un segundo debate de investidura probablemente después de las generales.
¿Qué gana con eso el PP? pues en opinión de López Carvajal, después de las concesiones hechas a VOX en Extremadura, Valencia o Baleares, a Núñez Feijoó le interesa aprovechar el caso de Murcia para transmitir la idea de que domina la situación y la negociación con los de Abascal. Y no le beneficiaría en nada cerrar un pacto en la región el lunes, apenas unas horas antes de su debate cara a cara con Pedro Sánchez.
¿Cuándo se celebraría este hipotético segundo debate de investidura? Pues otra vez los intereses tácticos lo decidirán. Los ritmos, nos dice, los van a marcar las encuestas. Según se muevan las expectativas de voto del PP y VOX, el proceso se acelerará o se frenará.
Lo que nuestro analista descarta que VOX tense la cuerda hasta el punto de provocar una repetición electoral, y está convencido de que antes de eso habrá un acuerdo, que seguirá el modelo extremeño o el balear en función de cuáles sean los resultados que los de Abascal consigan en las generales. Unas generales en las que los pactos entre PP y VOX pueden tener mucha influencia. Y no porque pueda haber votantes de derechas desencantados con el resultado de esos acuerdos (ese es un efecto muy poco probable), sino por su capacidad para movilizar a los sectores progresistas.