Se trata de un estudio de revisión del centro público de investigación ambiental (CREAF) que evalúa otros 125 trabajos, la mayoría sobre árboles situados en bosques templado
Científicos del CREAF demuestran que los árboles más altos son capaces de superar sequías de corta duración desarrollando adaptaciones a medida que ganan altura. El trabajo desvela también el importante papel de los ejemplares gigantes en la conservación de los bosques.
Se trata de un estudio de revisión que evalúa otros 125 trabajos, la mayoría sobre árboles (de especies coníferas y frondosas) situados en bosques templados. La investigación explica la capacidad de adaptación de los árboles en entornos naturales conforme van creciendo para desarrollar mecanismos que les permitan resistir a las sequías. Laura Fernández, investigadora del CREAF, el centro público de investigación ambiental vinculado a la Universidad Autónoma de Barcelona.
La investigadora advierte sin embargo de que esta posible ventaja lo sería en episodios de sequía de corta duración. De lo contrario, los árboles de porte elevado en general sufren más por tener que distribuir el agua entre sus ramas situadas a distancias también más elevadas.
Otra curiosidad más. Los árboles gigantes son piezas fundamentales en los bosques y su pérdida en un escenario de cambio climático con sequías cada vez más intensas y frecuentes supone una gran pérdida para los ecosistemas.