Según el decano del colegio, Francisco Martínez Escribano, los despachos empiezan a sufrir las pérdidas derivadas de la huelga de la justicia que ahuyenta a posibles demandantes ante el temor de procesos interminables
Despachos de abogados de la región empiezan a sufrir las pérdidas derivadas de la huelga de la justicia, que ahuyenta a posibles demandantes ante el temor de procesos interminables. Un panorama desalentador que dibuja el decano del colegio, Francisco Martínez Escribano, para quien es difícil cuantificar los daños ocasionados.
Los abogados no solo dejan de facturar por casos resueltos. Tampoco pueden tramitar demandas. Y si ya las tenían preparadas, tendrán que dedicar más adelante el mismo tiempo en su elaboración. Según Martínez Escribano, los despachos están prácticamente paralizados y perdiendo ingresos y clientela.
El decano de los abogados entiende esa desconfianza de los ciudadanos en medio de la huelga. Dice que estas situaciones generan estrés y daños morales, tanto los que esperan una sentencia como una indemnización; empresas que están en juego o resoluciones de invalidez, por poner algunos ejemplos
Para Martínez Escribano, la situación era previsible después de aprobar una subida para los letrados de justicia. Es normal que el resto de los funcionarios quieran subirse al carro.