Un estudio de la Cátedra Trasvase y Sostenibilidad de la UPCT señala que la absorción de CO2 de los cultivos regados por el Tajo-Segura caería a la mitad si se reduce un 50% el trasvase
Cada hectárea de regadíos vinculados al trasvase Tajo-Segura absorbe entre 5 y 20 toneladas anuales de CO2. Los regantes del Tajo-Segura han vuelto a reivindicar el valora ambiental de sus cultivos con un informe de la Cátedra Trasvase y Sostenibilidad de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) cuyos resultados han sido divulgados este miércoles por los regantes del trasvase y la consejería de Medio Ambiente.
El responsable del trabajo, Victoriano Martínez, subraya que la superficie agrícola vinculada al trasvase absorbe cada año 1,2 millones de toneladas de dióxido de carbono. Es el equivalente a los gases que produce en ese periodo el 10 por ciento de la población de la Región de Murcia. Si se suman los regadíos que no son del trasvase, y que representan una cantidad equivalente a los del Tajo-Segura, esta cifra se elevaría al CO2 emitido por el 20% de la población. "Es decir, nos están ayudando mucho a mitigar las emisiones que realizamos con otro tipo de actividades", ha aseverado. Martínez defiende la importancia que los cultivos tienen para el medio ambiente y destaca que el balance de CO2 de las actividades económicas "es algo muy importante" porque "vivimos en una situación de cambio climático".
Ha afirmado que en la Cátedra siguen trabajando para determinar nuevas variables que "pueden ayudar a mejorar ese balance, como es la capacidad de los suelos para servir de sumidero de CO2 con distintos tipos de actividades agrícolas o de manejo de los cultivos". Cuando obtengan datos, se incorporarán al balance para tener cifras más actualizadas, según Martínez.
El presidente del Sindicato Central de Regantes (SCRATS), Lucas Jiménez, ha insistido en que este estudio demuestra científicamente la rentabilidad ambiental del trasvase, lo que se suma a la rentabilidad económica de esa infraestructura y a la de términos de empleo. "Todos sabíamos que era primordial, desde una perspectiva económica, pero ya advertíamos hace dos años, con este informe que había también una repercusión medioambiental", ha señalado. Todo ello hizo que el SCRATS defendiera "con ahínco" la llegada del recursos del trasvase a la Región.
De hecho, ha recordado que el propio Plan de Cuenca del Segura mencionaba que se producirían "daños medioambientales" en el caso de que, finalmente, se produjera esa reducción a futuro de caudales para el Levante procedentes del Tajo. Esos "daños medioambientales", según Jiménez, suponen el incremento de un recurso complementario como el agua desalada en detrimento de agua del trasvase "supone un retroceso de esa labor de captación o sumidero de CO2 que tiene el regadío", ha aseverado.
Así pues, según el consejero de Medio Ambiente, Juan María Vázquez, un recorte en la llegada de agua del Tajo se traducirá también en un aumento de forma notable de las emisiones de carbono (CO2) a la atmósfera, en más de en 600.000 toneladas anuales, lo que supondría el equivalente a una ciudad con una población de más de 161.000 habitantes, como Santander o Albacete.
"Hay 55 millones de frutales en la Región de Murcia que, en este momento, están frenando estos procesos de desertificación que afectan, de forma global, a todas las regiones de Europa y, especialmente, a las que más expuestas están, como es el sureste de la península ibérica", recuerda Vázquez, que ha afirmado que este estudio "también es importante porque demuestra el papel que ha tenido y que tiene el Tajo-Segura desde un punto de vista medioambiental". "Si en la Región somos un gran sumidero de carbono desde el punto de vista de la agricultura, es gracias al trasvase Tajo-Segura", según el consejero.