Un informe de la Universidad Pontificia de Comillas revela que la pobreza energética siguió creciendo en 2022 y que las dificultades en los hogares son más notables entre las comunidades del sur del país
La Región de Murcia lidera la lista de autonomías con las mayores incidencias de pobreza energética severa con un 19%, según un informe de la Universidad Pontificia de Comillas relativo a 2022. En España casi ocho millones de personas no pudieron mantener su vivienda durante el invierno con una temperatura adecuada y la situación empeoró respecto a 2021.
El estudio de la Cátedra de Energía y Pobreza señala a las comunidades del sur como las peor situadas y toma como base varios indicadores, entre ellos los recogidos en las encuestas del Instituto Nacional de Estadística de presupuestos familiares y condiciones de vida. También se miden otras variables que tienen que ver con gastos e ingresos y características del hogar, explica Efraim Centeno director de la Cátedra.
La situación de pobreza energética ha empeorado respecto al año anterior en algunos indicadores, debido especialmente a los altos precios del gas y electricidad. Mejora sin embargo el denominado gasto desproporcionado que calcula lo que supone esa factura energética en el total de ingresos de las familias. Los especialistas achacan esa mejora a la subida del salario mínimo. Los datos revelan, en definitiva, que el panorama de la pobreza energética en España es muy desigual y que es necesario seguir tomando medidas para atajar el problema.
El ministerio de Sanidad ha puesto en marcha este mes nueva edición del Plan Nacional de Bajas Temperaturas para prevenir las más de mil muertes al año que produce el frío. En la Región de Murcia el umbral de referencia de posibles impactos en la salud se ha establecido en 3,3 grados. La pobreza energética es uno de los factores de riesgo principales.
El objetivo del plan es reducir ese impacto sobre la salud de la población, centrándose en los grupos más vulnerables: personas con patologías previas, mayores de 65 años y niños. El director del Instituto de Salud Pública Carlos III, Julio Díaz, ha recordado que los principales factores de riesgo están relacionados con vivir en lugares sin una temperatura mínima confortable, hogares sin calefacción o donde habitan personas con bajo nivel de renta que, aunque la tengan, no pueden encenderla.
El plan de bajas temperaturas señala que, a pesar del calentamiento global, la mortalidad invernal sigue siendo superior a la estival y establece umbrales mínimos de referencia para advertir a la población que son diferentes en cada comunidad autónoma. En Murcia es de 3,3 grados. El frío intenso debilita las defensas del organismo y favorece las infecciones respiratorias y los virus. Además, con mucha frecuencia las bajas temperaturas pueden agravar enfermedades crónicas, de tipo cardíaco y respiratorias, que están vinculadas a diagnósticos de depresión y ansiedad, esquizofrenia o complicaciones durante el embarazo.