Algunas explotaciones se plantean el cierre y otras el cambio de cultivo a otros productos. Para asegurar rentabilidad a la cosecha, algunos productores firman contratos de producción con grandes supermercados
Las pérdidas en la cosecha de tomate de la Región rondan el 70% en algunas plantaciones debido al virus rugosa y al prolongado calor desde este verano. Algunas explotaciones se plantean el cierre y otras el cambio de cultivo a otros productos como el pepino o calabacín.
Desde la organización agraria ASAJA, su presidente, José Martínez, asegura que este verano pasado ha sido especialmente difícil, ya que hacía calor durante el día y la noche. Esto provocó un estrés excesivo en las plantas de tomate, que no pudieron recuperarse de la noche a la mañana. Y así más de cincuenta días.
Para asegurar la mejor rentabilidad a la cosecha, algunos productores firman con cadenas de supermercados contratos de producción. Es el caso de la alemana Lidl, que tiene previsto comprar 125.000 toneladas de tomate a los productores andaluces y murcianos.
José Martínez explica que, aunque el precio al que se vende la producción a estas grandes cadenas es más bajo del que se vende en las alhóndigas, al final resulta rentable. Y, sobre todo, asegura la salida de toda la cosecha, que no se pierda en la planta sin recoger por falta de rentabilidad.
