Marcada por una moción de censura que fracasó en el último momento y una actividad legislativa que ha quedado señalada por los efectos de una pandemia y de la crisis derivada de la guerra de Ucrania
Estamos a punto de terminar una de las legislaturas más peculiares de la historia democrática de esta región. Comenzó el 10 de junio de 2019 con una asamblea regional en la que el PSOE tenía la mayoría, aunque la llave del gobierno la manejaban los seis diputados de Ciudadanos. Hoy, la mayoría parlamentaria la conforman los diputados del PP con los votos de cuatro parlamentarios expulsados de Ciudadanos y de otros tres que han dejado de seguir la disciplina de partido de VOX. Entre el punto de partida y el de llegada, una moción de censura que fracasó en el último momento y una actividad legislativa que ha pagado los vaivenes políticos pero que también ha quedado marcada por los efectos de una pandemia y de la crisis provocada por la invasión de Ucrania.
El último pleno de la legislatura está fijado para el miércoles por la mañana. En su orden del día, la aprobación del dictamen sobre la Ley de Emergencias y una iniciativa legislativa de última hora, para reclamar al Congreso de los Diputados un supuesto blindaje del trasvase del Tajo. Será el colofón a una legislatura en la que el parlamento ha aprobado 43 iniciativas legislativas (entre decretos-Ley, proposiciones de ley de los grupos parlamentarios y proyectos de ley impulsados por el ejecutivo). Esa cifra se queda aproximadamente en la mitad si del total quitamos las leyes de Presupuestos Generales de la Comunidad Autónoma (y sus modificaciones parciales); si consideramos que algunas normas (como la Ley de protección y recuperación del Mar Menor) han pasado varias veces por el Parlamento; y si consideramos que un buen número de las iniciativas aprobadas tenían un carácter coyuntural, con medidas vinculadas a la situación causada por el COVID o por la guerra de Ucrania.
Otra buena parte de la actividad legislativa ha consistido en modificar normas ya existentes. Por ejemplo, la modificación de la Ley del Estatuto del Presidente y del Consejo de Gobierno que se aprobó en julio de 2021, justo después de la fallida moción de censura, para eliminar el límite de legislaturas y permitir que Fernando López Miras optara a la reelección en su cargo en las autonómicas del próximo mes de mayo.
Del resto, la Ley de Servicios Sociales, aprobada también en julio de 2021; la Ley de intervención integral en la Atención Temprana (de diciembre de ese mismo año); una ley contra las okupaciones ilegales de viviendas y otra sobre mecenazgo (que va a ser modificada en el último pleno de la legislatura). También, por supuesto, la Ley de dinamización de inversiones empresariales, libertad de mercado y eficiencia pública, probablemente la norma más relevante de la segunda parte de esta legislatura.
Hoy hemos podido escuchar ya a los portavoces o viceportavoces de los distintos grupos parlamentarios hacer su propio balance de estos cuatro años que llegan ahora a su final. Para quienes sustentan al gobierno de la Comunidad Autónoma el trabajo desarrollado ha sido mucho y bueno; desde la óptica de la oposición esta ha sido de largo la peor legislatura de la historia de esta región.
Por partes: la Viceportavoz del grupo parlamentario popular, Miriam Guardiola, cree su grupo se ha comportado de manera rigurosa y profesional. Entre otras cosas, porque ha sido capaz de aprobar cada año en tiempo y forma unos presupuestos generales para la Comunidad Autónoma.
En el otro extremo se sitúa el viceportavoz socialista, Alfonso Martínez Baños. La legislatura, recuerda, comenzó con un pacto entre PP y Ciudadanos que dejó fuera del gobierno al grupo más votado, el socialista. Pero, aún así, la primera parte deparó algunos acuerdos importantes, como la ley del Mar Menor. Todo cambió a raiz de la fallida moción de censura y de los movimientos de diputados tránsfugas que ha provocado lo que, a su juicio, ha sido una grave irregularidad democrática en esta segunda parte del mandato.
Entre quienes han respaldado al gobierno, el diputado disidente de VOX Juan José Liarte, sostiene que esta ha sido una legislatura dura, crispada por los problemas de corrupción del PSOE y su dependencia de los votos de partidos separatistas. El único partido que ha estado a la altura -dice Liarte- ha sido el PP y el político que más ha crecido ha sido Fernando López Miras.
Llamativo es también el balance del diputado tránsfuga de Ciudadanos Francisco Álvarez. Acusa a la oposición de recurrir a un estilo "estalinista" por exigir a los diputados fidelidad a sus siglas y sus partidos, y señala a la portavoz de Podemos, de la que dice que con sus denuncias sobre el Mar Menor ha generado la idea de que esta región es "un infierno".
Su excompañera de partido, Ana Martínez Vidal, todavía en Ciudadanos, piensa que la X Legislatura ha sido una "pérdida de tiempo" para todos, marcada por el transfuguismo de algunos de sus antiguos colegas.
Martínez Vidal (que estuvo a punto de convertirse en presidenta de la Comunidad Autónoma a través de la moción de censura acordada con el PSOE) ha terminado la legislatura en el grupo Mixto, compartiendo espacio entre otros muchos diputados, con los representantes de PODEMOS. Su portavoz, María Marín, dice que lo que ha marcado la legislatura ha sido la opacidad del gobierno, al que acusa de tomar medidas que sólo beneficiaban a los más ricos.
