Bruselas vuelve a señalar a la Región por la contaminación de sus acuíferos
La comisaria europea de Medio Ambiente y la directora ejecutiva de la Agencia Europea del Medio Ambiente han vuelto a llamar la atención a España y, en concreto, a la Región de Murcia, por los altos niveles de contaminación por nitratos que registran los acuíferos de la cuenca del Segura. La directora de la Fundación Nueva Cultura del Agua, Julia Martínez, reclama acciones más contundentes para revertir la situación y pide a la Confederación Hidrográfica que extienda a todo el territorio de la comunidad las acciones que ya le han permitido eliminar más de 9.000 hectáreas de regadío ilegal en el Campo de Cartagena.
Hoy por hoy, dice Julia Martínez, la cuenca del Segura ostenta el triste récord de ser una de las demarcaciones hidrográficas con mayor porcentaje de acuíferos en malas condiciones, ya sea por contaminación, por sobreexplotación o por la suma de los dos factores. La situación, lejos de mejorar, ha empeorado en el transcurso de estos últimos años. Y todo, asegura, por el aumento del regadío intensivo y de la ganadería industrial.
El plazo para sanear el estado de nuestras masas de agua subterráneas concluye en 2027, y Julia Martínez asegura que no habrá más aplazamientos. Si para entonces Murcia no ha cumplido los objetivos que se establecieron en 2009, Bruselas abrirá procedimiento sancionador y multará al Reino de España. Así que el tiempo apremia y hacen falta, en su opinión, medidas de choque. Reclama, por ejemplo, extender a todo el territorio de la comunidad la campaña de inspecciones que ha permitido desconectar de la red de distribución más de 9.000 hectáreas de regadío ilegal solo en el Campo de Cartagena. Y pide que esas inspecciones vigilen también posibles irregularidades en las macrogranjas de porcino.
Hay más medidas que podrían resultar útiles. Por ejemplo, fijar niveles máximos de nitrógeno en todos los acuíferos; o extender al sector agrario y ganadero el canon de depuración que ahora pagamos todos los usuarios urbanos e industriales. Se trata, dice Julia Martínez, de aplicar a rajatabla el principio básico de que "quien contamina, paga".